No entiendo cómo alguien le puede dar cinco estrellas a este libro pero bueno para gustos... la verdad es que el libro no está mal sólo por la parte del ikigai y de los ancianos de Okinagawa merece la pena pero por lo demás el libro es muuy flojito, se llama Ikigai pero la gracia es que apenas habla de ello, la primera mitad del libro es una tomadura de pelo en mi opinión, primero da información que creo todos sabemos ya en este punto, lo típico de cuidarse, buena dieta, ejercicio, no estresarse... blablabla, cosas que creo que la mayoría ya sabrán y si no, hay libros y artículos en internet a patadas, lo mismo sobre los super centenarios y tal, puedes encontrar mejor información en Wikipedia sobre ello que en este libro. Luego la parte de logoterapia es un martirio, será porque a mí no me interesa nada ese tipo de cosas y me aburren, me suena todo a tontería total, a libro de autoayuda barato, ese tipo de cosas me desesperan, hasta me salté unas páginas porque me parecía aburridísimo, supongo que a quién le interese pues le parecerá bueno. Lo que no entiendo es porqué hacer un libro diciendo que es sobre Japón y el ikigai para luego llenar más de medio libro (porque eso me parece la mitad del libro, relleno) con cosas que aunque puedan estar ligadas no tienen mucho que ver, a mí me da igual que quieran vender el rollo del ikigai para vender más pero el ikigai es un tema más entre varios que toca este libro no el tema central, quien diga lo contrario te está intentando liar para que lo compres. La comparación occidente-Japón me parece en algunas casos innecesaria (y por cierto se está quedando viejo ya eso de insinuar siempre que en Japón u oriente hacen las cosas mejor, me encanta Japón pero algunas cosas me parecen rídiculas y excepto en la educacion y eficacia en el trabajo no creo que occidente tenga nada que envidiar ni copiar de Japón) los occidentales y los japoneses somos diferentes tanto físicamente como el adn, la forma de pensar, cómo nos han educado... etc, etc, por ejemplo, sólo hay que ver los medicamentos japoneses que a mí no me hacen nada y eso contando que soy mujer, no me imagino a un hombre o a un occidental grandote, tenemos la piel distinta (ellos envejecen más lento y eso es así por mucho té verde que tú bebas eso no te va a dar la piel que tiene un señor de Okinagawa, lo siento) además en el envejecimiento el adn tiene mucho que ver, gran parte, en mi familia todos parecemos muchos más jóvenes y mi madre por ejemplo fuma, toma mucho el sol... pues apenas tiene arrugas para su edad y parece mucho más joven que muchas mujeres que se cuidan, no fuman.. etc, mi padre parece aún más joven que ella y eso que él es mayor, yo igual no me pongo cuarenta potingues ni voy a spas ni a salones de belleza como muchas de mis amigas y parezco más joven que todas ellas, en fin que lo que quiero decir con esto es que eso está en el adn de uno y también que lo que vale para un japonés seguramente, en muchos casos, no sirva para un occidental.
Hay varios temas y el libro me da la impresión de estar muy disperso, mal estructurado, tampoco me gusta la manera de escribir, me parece simple y a veces hasta algo cursi e idealizada, me parecía que en vez de un pueblo eso era la aldea de los pitufos. Otra cosa es que dice algunas palabras japonesas pero no hay notas aclaratorias ni nada y para alguien que no sepa mucho de Japón pues seguramente no sepa a qué se refiere. También me pareció que idealiza mucho a los japoneses o al menos a los ancianos de Okinagawa, igual tampoco se puede esperar que alguien de 20 o de 30 vea o viva la vida como alguien que a vivido 90 años, es de cajón vamos. Y ya paro porque esto parece una crítica literaria pero podría añadir algunas cosas más, sólo quería dar una critica negativa y explicar bien el por qué, más que nada porque veo que aquí lo ponen por las nubes y a mí me ha decepcionado totalmente, es un libro más del montón de tantos que hay que idealizan y generalizan sobre los japoneses y su cultura y muchas cosas no dejan de ser la impresión del escritor pero bueno, al menos a hablado sobre algo nuevo que eso ya es interesante y al menos hace que merezca la pena darle una oportunidad. Si hubiera hablado sólo sobre el ikigai y se hubiera explayado más sobre sus experiencias en Okinagawa el libro hubiera estado bien pero no es el caso en mi opinión. Le doy 3 estrellas porque estos libros en plan autoayuda/consejos no los soporto pero supongo que a quién le interese el tema le parecerá un libro decente, yo sólo lo compré por curiosidad.
Pues eso, que si te vas a comprar este libro para saber sobre el ikigai mejor que sepas que habla sólo en una parte del libro de ello y casi al final, existe la misma información en inglés y hasta artículos comparando el ikigai entre ciudades y regiones de Japón, todo en internet y gratis, si no sabes inglés y realmente te interesa entonces este libro está bien, si no, puede que te llegue a aburrir como a mí.
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Revisado en España el 24 de junio de 2016
He comprado Ikigai dos veces. No porque sea necesario, sino por necesidad. Me hice con un primer ejemplar en una noche que en Bangkok se complicó demasiado, como suele ser norma en la capital siamesa. Por situaciones diversas, acabó el libro conmigo paseando por varios tugurios de la gran urbe tailandesa donde los gatos son más pardos que nunca y las gatas mejor ni hablamos. Así que mi Ikigai quedó abandonado a su suerte en la mesa de un antro de dudosa reputación de buena madrugada. Ya saben lo que ocurre -copas, risas, excesos- a según qué horas en ciertos garitos. Más aún en Bangkok de madrugada, esa situación en la que los culos pueden hacer que te olvides incluso de las letras.Volví a comprar Ikigai -esta vez a una hora decente de un día tranquilo- porque sigo a Héctor García desde hace varios años. Me encanta su blog Kirai, que me ayudó mucho en mis primeras incursiones en Japón, y eso me bastaba para apostar por Ikigai, aunque no sabía un carajo de qué significaba la palabreja en cuestión.Tras finiquitar el libro en unos pocos días -es corto, ameno y se lee rápido-, me ha sorprendido que esta filosofía oriental que es el Ikigai coincide mucho con mi forma de ver el mundo. Me gustaron mucho aspectos como el secreto del 80% y su Okinawa o los movimientos 'suaves' que mueven el mundo. Mucho por aprender de todo ello.El libro relata deliciosamente parte de la sociedad asiática y nipona y por momentos explica muy bien algunas de las características orientales más arraigadas. Siempre se habla de la belleza blanca del este, pero este Ikigai va más lejos y detalla cómo el sol es una de las peores causas de envejecimiento. Ya va siendo hora que muchos se enteren.Ikigai no es filosofía barata asiática. Nada tiene que ver con las supercherías supersticiosas de tantos libros 'espirituales' que nacen del continente -dicen- más místico. Sino que es casi ciencia en base a una manera de entender el mundo. Y que tiene una máxima cuando menos gratificante: para vivir más y mejor hemos de ser felices con nosotros mismos.No me arrepiento de haber tenido que comprar el libro otra vez, además su precio es muy competitivo. Y pongo una foto del ejemplar que perdí dañando a mi Ikigai en la noche de Bangkok, cuando no estaba cumpliendo las recomendaciones del movimiento suave que se detalla en la obra. Así acabó el asunto. Si alguien lo encuentra entre tugurios siameses, que lo disfrute. Copas mediante o no.
Revisado en España el 24 de junio de 2016
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